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GASTRONOMÍA. A pocos metros de la bulliciosa calle de San Vicente se encuentra un pequeño restaurante asentado sobre un antiguo terreno de naranjos. Situado en el centro de Santa Eulalia, El Naranjo (San José, 31) seduce con su clásico salón y su bucólica terraza de árboles naranjos, además de muestras de arte. Al frente, el cocinero Javier Núñez y su popular cochinillo lechal, su plato estrella. En la carta, jugosas opciones que seducen en un local con encanto y luces de neón.

Cocina de mercado entre naranjos

Asentado en la isla, aunque granadino de origen, el chef de El Naranjo había trabajado años antes en este negocio familiar, ahora traspasado a su nombre. El Naranjo está ubicado en una antigua casa payesa en el centro del municipio, a unos 100 metros detrás del ayuntamiento. Permite disfrutar de un ambiente familiar, tranquilo y acogedor en su frondosa terraza durante la temporada. Para el invierno, cuenta con una cálida chimenea. Cerca, una gran bodega vista y zona de exposiciones de artistas.

En la carta de este pequeño restaurante con encanto es posible encontrar sabrosas especialidades, como el cochinillo lechal elaborado a baja temperatura. «Los clientes vienen buscando este plato», asegura Núñez sobre su popular especialidad, que se sirve con una suave compota de manzana. Las comidas se ofrecen en el interior, entre exposiciones temporales de artistas. Durante la cena, comensales ocupan la zona de comedor en la terraza, entre los populares árboles frutales mediterráneos.

La carta es mayormente de cocina de mercado (con menú cerrado a unos 25 euros por persona). Es posible degustar aquí imaginativos platos todos los días en un ambiente acogedor. El Naranjo ofrece, además, un menú para grupos (desde 20 euros, incluye bebida).

Solomillo Wellington y ostras «Amélie»

Un vistazo a la carta permite ofrecernos gran variedad, entre la que destaca el tartar de atún y salmón con algas `wakame´ a la vinagreta de lima y sésamo o el `carpaccio´ de pulpo y rúcula con pimentón de la Vera, así como diferentes ensaladas. Otra buena elección son las espinacas frescas con magret de pato y foie a la vinagreta de frambuesa. También sirven pasta y platos al wok, como el de pollo al curry con leche de coco, frutas, verduras y arroz.

Entre las carnes, encontramos el espectacular solomillo de ternera Wellington, que se sirve con salsa de boletus al Martini blanco. También, el pato crujiente con salsa de naranja y grosellas rojas o el solomillo de cordero con costras de semillas de amapola, sésamo al oporto y foie. Entre los pescados, cabe destacar el atún salvaje con salsa agridulce de tomate confitado al aroma de citronela y jengibre o las delicias de lubina y salmón con cigalas a la crema de marisco. Además, pueden disfrutar de la gastronomía local con la raya ibicenca al caldo corto court bouillon con alcaparras a la mantequilla negra y aroma de cilantro. Una de las Sugerencias del chef son las Ostras “Amélie Fines de Claire” con espumoso del valle del Loira o el rape al azafrán, las gambas ibicencas o el carpaccio de foie.

Javier Núñez pasó por La Granja Azul o La Plaza de Santa Gertrudis, donde se formó con cocineros de la Escuela de Hostelería de Toulouse. La influencia francesa es la base de su cocina. También se hace evidente en los postres caseros, como el tiramisú o la tarta de queso con compota de naranja.

Entre los vinos, los hay nacionales con denominación e ibicencos, como los de Can Maymó. Conviene dejarse guiar por las recomendaciones semanales. También hay cava y champán, y todo tipo de combinados, refrescos y deliciosos cócteles.

Todos ello es fruto del trabajo de un cocinero con curriculum en otros restaurantes de la isla, como El Grill, Hotel Torre del Mar, La Casita o el Club de Golf de Ibiza, y otros más populares, como Bambudha Grove o Jockey Club.

Menú de grupos y muestras de arte

Al atardecer, las luces de la terraza se encienden a modo de naranjas, haciendo un guiño al nombre del local. Entre frondosa vegetación y ambiente climatizado, llena en las noches de temporada. Cada ciertos meses, cambian las muestras temporales de artistas. Por sus paredes han pasado, por ejemplo, las pinturas y esculturas de la británica Charlotte Mensforth, viajera incansable, con estudio en Santa Eulalia. También las obras de Clara Bonet, Susana Araoz, Rafael Tur Costa, Mª Luisa Medina o el marchante Elmyr de Hory. Acaba de inaugurarse una muestra de Cornelia Povel, una alemana que elabora cuadros de motivos florales, y que permanecerá expuesta hasta finales de año.

El Naranjo es un imprescindible para cualquier turista o residente que quiera deleitarse con productos de la tierra y platos de temporada con toques imaginativos, en un entorno artístico.

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