GASTRONOMÍA. Uno de las novedades de la temporada ha sido El Silencio Ibiza, un restaurante de playa situado sobre la arena (comúnmente conocido como chiringuito o chiringo) que invita a sentirse en algún lugar exótico, a base de mobiliario rústico de madera y vistas a la deliciosa Cala Molí, en Sant Josep de Sa Talaia, al suroeste de la isla. Cuenta con un año de vida y sabrosas especialidades a la brasa que van cosechando el éxito, y se envuelve en un concepto de propuestas artísticas de la mano de diversos artistas del mundo.

Al frente se encuentra Mario Colagreco, un chef argentino amante de España que lleva en la distancia la dirección gastronómica de esta nueva propuesta tras darse a conocer mundialmente por situar su restaurante francés Mirazur en la lista de los 50 World´s Restaurants, como uno de los mejores del mundo y ha ostentado el título de Gran Chef Relais & Châteaux. En El Silencio es posible probar todo tipo de carnes a la brasa, salidas de su espléndido asador y cuyos aromas envuelve nada más pisar la arena. También hay auténticos ceviches peruanos y demás platos típicos de cocina-fusión internacional.

Cocina-fusión y un restaurante `pop up´

Colagreco ha creado el menú en colaboración con su gran amigo Federico Desseno, un maestro de la cocina sobre brasas. La coctelería corre a cargo de Remy Savage, mixólogo franco-irlandés perteneciente al selecto grupo de The World´s 50 Best Bars. Ideal para almuerzos y cenas al aire libre con vistas sobre el inolvidable mar ibicenco, el menú comienza con platos ligeros que incluyen aguachile de gambas terminado con granny smith, cilantro y chili, un clásico ceviche peruano con melocotón fresco, chilli y lima o una gran variedad de ensaladas frescas y atractivas a las que se suma la berenjena asada con queso manchego y vinagreta de naranja y tomillo.

Los platos servidos directos desde las brasas incluyen gambas a la parrilla con alioli, sal y limón, un plato que permite disfrutar de la calidad de los ingredientes locales en su esencia. También, anchoas XXL a la parrilla y un toque de tomillo salvaje. Desde el horno de barro salen platos como la sopa de pescado y marisco y pizzas artesanas. Entre los segundos, pensados para compartir, carnes a la brasa y chimichurri, un plato que a Mauro le recuerda a los asados de su infancia en Argentina.

Un diseño de David Lynch

El diseño del restaurante es obra del estudio mallorquín MoreDesign y acoge un pop up o espacio efímero, un lugar cubierto y habilitado anexo al restaurante por el que semanalmente han ido pasando reconocidos cocineros y artistas internacionales. Esta temporada, ha sido el turno de Guillaume Sanchez (16-30 de junio de 2022), Yannick Alleno (1-12 de julio), Thibault Sombardier (14-23 de julio), Les Enfants du Marché (24-31 de julio), Guillaume Sánchez (1-6 de agosto) y Julien Sebbag (7-16 de agosto). El pop up acoge una «instalación inmersiva», a base de coloridas pinturas realizadas por el artista brasileño Samuel de Saboia. Por último, El Silencio acoge, además, una fabulosa piscina y una zona de wellness en la parte trasera y organiza animados eventos.

El grupo Silencio cuenta con presencia francesa con Silencio París, inaugurado en 2011 y diseñado por David Lynch, el famoso director de cine norteamericano. Se ha convertido en local de culto para «eventos de mentes creativas» de todo el mundo. Es heredero de los salones literarios parisinos del siglo XVII o de Studio 54 en Nueva York. En junio de 2021, abrió en Cala Molí y en octubre del mismo año, en París, con Silencio des Près, con cine y eventos.

Otros rincones con sabrosas `espardenyes´

El Silencio es tan solo uno de tantos chiringuitos que sorprende a los visitantes en una isla de apenas 600 km2 y cerca de 50 playas y calas; muchas de ellas aderezadas con este tipo de propuesta, basada mayormente en un establecimientos de sencilla ambientación con una de cocina típica ibicenca o bien rápida y asequible sobre el arenal.

Cerca, en Cala Tarida, se sitúa S´Espartar (Carretera de Sant Josep, km.4), con todo tipo de especialidades, entremeses, carnes, pescados, incluso sopas o marisco y donde es posible probar las famosas espardenyes o pepinos de mar (espardeñas, similares a las navajas). Además, deliciosos postres típicos, como la greixonera o crema catalana. Algo más al sur, Ca Na Sofía (Castelldefels, 1o) ofrece «una estudiada mezcla de la cocina tradicional clásica mediterránea e ibicenca», con cocina clásica actualizada a base de pescado fresco y especialidades como el arroz con bogavante extraído de su vivero. También cocinan arroz a banda y bullits ibicencos. Todo ello sumado «a las tendencias más actuales» en cocina creativa y de cocina-fusión. Conviene detenerse en el mirador durante la bajada para ver una bonita estampa de la cala y los veleros fondeando sobre el mar.

Un largo y tortuoso recorrido hacia el Sur conduce hasta el popular Es Torrent, que lleva el mismo nombre de la abrupta cala donde se asienta, con especialidades marinas diversas. Este rincón se sitúa en la desembocadura de un torrente anexo a la bahía de Porroig y buena parte del paisaje que se avista desde la orilla, las tumbonas y las mesas del restaurante lo conforman los acantilados que cierran dicha rada por el sur, con los islotes que la preceden en primer término: s’Illeta Grossa y s’Illeta Petita. En su carta, es posible encontrar «pescados y mariscos en estado puro», según detallan en su web. Entre el nutrido repertorio se puede probar aquí el famoso bullit de peix, la gamba roja de la isla y también aquí las populares espardenyes. Además, hay arroz a banda, pescado fresco al horno, parrillada o fieduá de pescado y marisco, lubina a la sal, langosta con huevos fritos y acoge un repertorio de ostras, bogavante, cigalas mejillones, caracoles de mar, atún marinado, almejas o calamares, además de embutidos como el jamón de reserva o ensaladas como la de mozarella o la de pimientos de Padrón. Todo ello, en un envolvente ambiente marino propio de la Ibiza más auténtica.

A unos kilómetros hacia el Este, el pequeño y acogedor chiringuito Sa Caleta ofrece»cocina tradicional marinera». Está situado a los pies de la playa de Es Bol Nou y a pocos metros del puerto pesquero de Sa Caleta, en Sant Jordi de Ses Salines. El bullit de peix, las paellas, la caldereta de langosta y el café caleta son los «buques insignia» en su carta.

Por último, una opción al Norte, cerca del Puerto de San Miguel, en Sant Joan, es Port Balansat, con auténticas mariscadas y «cocina clásica actualizada». Es otro clásico entre los clásicos desde su aparición, en 1971. Muchos otros establecimientos playeros pueblan los arenales o pedregales marinos de la isla. Cualquiera de ellos promete ser toda una experiencia.

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