TURISMO. Pasar tan solo unos días en Ibiza y no perderse lo último no es fácil, tampoco imposible. Come Ibiza ofrece en esta entrada algunas pistas sobre playas y calas de Ibiza imprescindibles, lo último en gastronomía y las mejores opciones para navegar o hacer una visita cultural. A tu vuelta, que no digan que te perdiste las terrazas de moda en Ibiza, el dj del momento o la mejor fiesta de día o noche. A continuación, un recorrido exprés de cinco días.

Día 1 / El Oeste y las puestas de sol

En apenas 600 kilómetros cuadrados, Ibiza ofrece multitud de posibilidades gastronómicas, turísticas y culturales. Empezamos nuestra ruta turística visitando las calas del Oeste, aprovechando para realizar una de las actividades más comunes en Ibiza: ver la puesta de sol. En San Antonio se encuentra el Café del Mar, en el Paseo de Ses Variades (cerca de la bahía), desde donde contemplar una de las mejores, pese a las multitudes. El espectáculo es único: cientos de terrazas abarrotan este kilométrico paseo asentado sobre Caló des Moro y en cuyo centro se encuentra el mítico café con aspecto de heladería italiana, impulsor de la música chill out en la isla. Otra opción, para románticos, es ver la puesta desde Cala d´Hort al atardecer. Tomamos rumbo a Cala Salada y Cala Saladeta, sendas y bonitas playas de ambiente juvenil. Es posible acceder de una a otra caminando por la playa con la marea baja o por un camino de rocas cuando está alta. Ambas opciones son deliciosas. Allí encontramos a la turista de la imagen de cabecera de este post, degustando un mojito de fresa.

Nos dirigimos más al Sur, hasta llegar a Cala Comte, una confluencia de playas con vistas a un islote, y recurrente imagen turística de la isla. En el chiringuito Sunset Ashram es posible tomar buenas hamburguesas y ensaladas a precios asequibles y permite divisar también una maravillosa puesta de sol. Cerca se encuentran Cala Codolar, Cala Tarida, Cala Molí y Cala Vedella. En esta última encontraremos unos de los Recomendados por Come Ibiza: Cana Sofía. Se trata de un restaurante de cocina de autor con menú degustación y terraza, asentado sobre la arena y con variedad de pescados y arroces, además del famoso bullit de peix y vinos autóctonos. Podremos disfrutar también de su beach bar, tomando, por ejemplo, su famoso cóctel de coco. Podremos quedarnos a ver la magnífica puesta. Cerca, Cala d´Hort, merece otra visita. Tiene vistas a los islotes de Es Vedrá (con atribuciones mágicas) y Es Vedranell. Hay algún restaurante donde comer, como Es Boldado o Cala d´Hort y forma una parque natural donde practicar el buceo.

Día 2 / Norte boscoso y Este gastronómico

El segundo día de nuestra de nuestra estancia en la isla de los contrastres, podemos dirigirnos por la mañana hacia el Norte hasta el municipio de Sant Joan (preferible por la carretera de San Miguel y no la antigua de Sant Joan) para llegar hasta Cala Benirrás, un antiguo enclave hippy. Los domingos por la tarde hay fiestas de yambés (tambores) con antorchas hasta entrada la noche, que atraen a cientos de turistas. Acoge una hilera de terrazas sobre la arena con variedad de exquisitos bocadillos con salsas, ensaladas y cócteles. Por la tarde, se puede divisar desde aquí una fantástica puesta de sol. Podemos acercarnos seguidamente al Puerto de San Miguel, hacia el este, con una amplia playa y un restaurante de marisco y pescados típicos (como el bullit de peix), llamado Port Balansat. Próximo queda el hotel Hacienda Na Xamena. Antes de llegar al puerto hay una señalización a la izquierda. Conviene subir en vehículo. Allí podemos probar su cocina de autor, con huerto ecológico, o sumergirnos en sus Cascadas Suspendidas, unas piscinas naturales de hidromasaje enclavadas sobre un acantilado de 180 metros de altura sobre el mar. Las vistas desde este emblemático hotel de cinco estrellas son espectaculares. De camino al Este, en la carretera, divisaremos Cala Xarraca, una bonita cala que permite ser contemplada desde lo alto del camino. O disfruta con un baño en sus frescas aguas transparentes.

Podemos continuar rumbo al Este y el municipio de Santa Eulalia, donde se encuentra Cala Nova, una de las más bellas playas de Ibiza. Desde la terraza Atzaró Beach es posible llevarse una bonita panorámica. Hay otra cercana, Aguas Blancas, bella y nudista en algunos tramos. De fina arena, cuenta con un estupendo chiringuito para comer o picotear a cualquier hora. Hay que bajar un tramo a pie hasta llegar, pero merecen las vistas en el camino (hay un aparcamiento de cobro al llegar). Los más aventureros pueden dirigirse a Caló d´en Serra, más al norte, de difícil y pedregosa bajada, pero de una belleza incomparable. Seguimos la ruta hasta Cala Llonga, donde encontramos cerca la terraza Amante Beach Club Ibiza, un restaurante con terraza encaramado en las rocas, conde comer o cenar frente al mar y tomar un cóctel detox. En días claros, tiene vistas a Formentera y  hay sesiones de dj´s, como Jon Sa Trinxa o Steve Harris. Para cenar, podemos acercarnos al centro del municipio y probar las ricas carnes  y los platos vegetarianos de Sa Carbonería, del chef Pablo Castillo. Cerca del bello paseo marítimo están el Club Náutico y el Puerto de Santa Eulalia, ideales para pasear y bajar la cena entre bonitos barcos (cerca de 800) y deliciosas vistas con buena temperatura nocturna.

Día 3 / Dalt Vila, centro histórico de Ibiza

El tercer día de nuestro recorrido podremos ir de compras y hacer una visita cultural. De vuelta o incluso sin salir de Santa Eulalia, de camino a Sant Carles de Peralta, encontramos el famoso mercadillo de Las Dalias. El día grande es el sábado, con hileras de puestos de vestimenta típica y accesorios. Aunque es el día mayor jaleo. Cerca, en Sant Carles de Peralta, está el Bar Anita, un restaurante con terraza y ricas tapas, un delicioso plato de arroz a la cubana y típicos postres, como el flaó o la greixonera. Es famoso por sus licores de hierbas ibicencas, elaboradas por campesinas del pueblo. Son las más famosas de la isla. En la plaza está la Iglesia de Sant Carles, con un bonito retablo del siglo XVIII.

La tarde se puede dedicar a visitar el casco histórico de Ibiza, la Dalt Vila o ciudad alta y antigua. Se encuentra situada dentro de una muralla renacentista, en lo alto, y es posible acceder a ella por uno sus accesos, como el de Ses Taules, el más popular. Abajo, quedará La Bodeguita, donde picar algo a media tarde o para cenar. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999 e invita a subir hasta la Catedral de Santa María. Eso sí, provistos de una botella de agua y calzado cómodo, al ser empedrada. Repleta de pequeñas tiendas de artesanía y terrazas, se muestra especialmente bella al atardecer. Los sábados se realizan las visitas teatralizadas, un recorrido que pasa también por el Ayuntamiento de Ibiza. Permite conocer también el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza (MACE) y el Medina Yabisa, centro de interpretación artística. Si vamos por nuestra cuenta, podemos hacer una parada en S´Escalinata (Portal Nou, 10), un original bar de refrescos y cervezas, sobre una escalinata. Para cenar, conviene visitar el restaurante Plaza del Sol, de aire medieval con exquisitas carnes  la abrasa. Podremos asomarnos también a Kyupiddo, un exclusivo japonés en el hotel con aire de parador La Torre del Canónigo.

Una vez fuera de la muralla podemos pararnos en Mercat Vell, el céntrico mercado de columnas con productos ecológicos, que data de 1872 y fue construído por Jaume Riera. Es perfecto pasear al atardecer por el vecino barrio de La Marina. Sus múltiples tiendas, algunas en pisos, le otorgan especial encanto. Al anochecer, el ambiente se anima con desfiles de comparsas por sus calles, los grupos de gogós rumbo a las discotecas. En la terraza del SÔD (antiguo Dôme) podremos retratarnos con alguno de ellos. El Patio de los Pasajeros es una informal terraza para picar de raciones, aunque también podremos optar por Can´Alfredo, en el paseo de Vara del Rey, el mítico restaurante con un Sol en la Guía Repsol, frecuentado por el famoseo. Los noctámbulos pueden tomar una copa Keeper y conocer la discoteca Lío, con piscina y vistas a la Dalt Vila iluminada.

Día 4 / El Sur: playas y chiringuitos

El cuarto día de estancia podemos tomárnoslo de forma más relajada y bajar hasta las terrazas El Chiringuito o La Escollera, en la playa de Es Cavallet, de ambiente juvenil. Se trata de dos terrazas donde con bonitas vistas y hamacas, además de arroces y platos mediterráneos. Los más jóvenes preferirán la vecina Ses Salines, más animada, y con multitud de chiringuitos. La alternativa es la tranquila y vecina Sa Caleta, con otro chiringuito donde comeremos estupendamente. En Es Xarcu podremos tomar marisco. Por la tarde, especialmente en domingo, hay buen ambiente en Cala Jondal, donde se encuentra Blue Marlin Ibiza, una gran terraza de ambiente cool, música house y un magnífico chiringuito para cenar, Yemanyá, entre el desfile de barcos a Formentera.

Día 5 / De hoteles en Playa d´en Bossa

El último día, conviene explorar la playa de mayores recursos: Playa d´en Bossa, en las afueras de Ibiza. Ushuaïa Beach Hotel Ibiza es unos de los modernos hoteles de moda, con zona de hotel (Ushuaïa Tower) y otra de fiestas con reputados dj´s. En la terraza de la piscina hay un oyster bar o bar de ostras, y esta zona conecta directamente con el mar. Acoge dos restaurantes: Montauk Steakhouse, experto en carnes, y el exclusivo oriental Minami. Enfrente queda Hard Rock Hotel, el hotel de las estrellas del rock, también del grupo Palladium. En la planta de calle está Estado Puro, uno de los dos restaurantes alojados en su interior, con las famosas tapas de diseño de Paco Roncero. Otro de sus restaurantes es Sublimotion, un espacio con recursos sonoros y visuales donde vivir una experiencia gastronómica sin par por valor de un mínimo de 1.500 euros. En la azotea del Hard Rock encontramos The Ninth, con fiestas e impresionantes vistas a Playa d´en Bossa.

Cerca está la terraza Destino, en Cap Martinet. Un apacible y lujoso resort de aire asiático del Grupo Pacha, con piscina y bonitas vistas a la Dalt Vila. Hay fiestas a diario con dj´s, como Sven Väth o Luciano. Imprescindible para conocer la noche ibicenca durante el día. Las alternativas culturales y de ocio podrían ir multiplicándose con los días. Ibiza es un paraíso por descubrir.

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