GASTRONOMÍA. Estos días, Come Ibiza ha hecho una parada en Las Dalias, el famoso mercado de ropa, bisutería y accesorios. El más emblemático y antiguo de la isla. Situado en la carretera hacia Sant Carles de Peralta, ha encontrado un restaurante de cocina mediterránea con ambientación rústica y animado a todas horas. Sirve platos mediterráneos y tapas. Aparte, están los puestos de comida rápida, como la Barbacoa o la Haima, de comida oriental.
Las Dalias, 70 años de historia
Al fondo del mercado se encuentra esta carpa de auténtica ambientación marroquí. Es una de las apuestas más exitosas de este famoso mercadillo, que ofrece especialidades árabes, entre otros puestos de comida rápida, con hamburgesas, ensaladas o sándwiches. La Haima es uno de los once espacios que, cada sábado, se descubren en este solar situado a un lado de la carretera, a mitad de camino entre Santa Eulalia y Sant Carles de Peralta. Originariamente, en los años 50 fue un bar, y floreció en los años 80 con epíritu hippy (Ver historia). A punto de cumplir 30 años, este año ha aumentado y diversificado su actividad. Lo asegura Chema Pallero, uno de sus dos responsables, de unos 40 años, alto y fuerte complexión, moderna camiseta azul eléctrico y el pelo recogido en una coleta. Lo dirige con su hermano Sena: “Vamos creciendo, adecuándonos a las necesidades y rompiendo moldes», asegura en el bar de acceso, junto a la carretera, sin dejar de fijarse en todo lo que acontece a su alrededor, como el constante vaivén de turistas y potenciales compradores. Acaban de poner en marcha el tercer número de la revista de Las Dalias, anual y de notable producción, con grandes fotografías y potentes inserciones publicitarias. Este año, ha pasado de 220 a 236 páginas y cuenta con una tirada de miles de ejemplares.
Una oficina en el corazón del mercado es la base de operaciones de este negocio singular. En su interior, hay apenas cinco personas, mesas de oficina y sillas giratorias. Es el motor de esta gran meca a la que semanalmente acuden cientos miles de turistas y curiosos. Cada vez con más frecuencia, llegan en busca de actividades semanales: desde cenas temáticas a conciertos de música en vivo. La sesión más exitosa es la de Namasté, que tiene lugar todos los miércoles. En ella, casi todo el mercado adquiere ambientación y temática oriental, con la presencia de artistas orientales.
Pastelillos árabes en la Haima
En la Haima, situada al final del mercado, hay alfombras y mesas bajas con cachimbas o shishas (pipas de agua para fumar tabaco de sabores). También delicatessen árabes de todo tipo en contenedores con tapa de cristal. Por ejemplo, los pastelillos árabes dulces de almendras y pistacho. Además, hay postres, como las tartas de Santiago y unos hojaldres aderezados con semillas. Para beber, sirven mojitos y tés morunos, fríos y calientes. Triunfa el fresh pinaple mint, un combinado líquido de zumo de pera y manzana que se sirve en vaso de plástico con pajita. Los círculos de amigos y curiosos turistas se forman en torno a pufs y bancos corridos. El ambiente es animado a cualquier hora, con público de todas las edades que acude a comprar o pasear por el mercado.
En una pizarra se anuncia además una gran variedad de ensaladas: de frutas, con rúcula y feta (queso blanco), de tomates secos o con cuscús. Se pueden encontrar wraps (rollitos) de pollo con aguacate. No puede faltar el ajoblanco, la típica crema de almendras árabe, elaborada con pan, ajo y aceite. Entre la música oriental y el bullicio del mercado, aquí manda lo económico. Y es posible probar un pastelillo por poco más de un euro.